
Le
echamos la culpa a la otra persona cuando somos nosotros los que siempre tendremos
la última palabra al decidir si empezamos o no una relación.
Quién
no ha tenido un desengaño en el amor, quién no se ha sentido frustrado, dolido
y decepcionado, pero esto no es sinónimo de mala suerte, solo debemos cambiar
nuestra conducta y decidir correctamente.
El
problema empieza cuando nos volvemos ciegos y nos negamos a ver las señales de
alarma que la otra persona nos envía, justificamos su conducta convencidos de que
así luchamos por mantener la relación, y no dejamos de darle oportunidades.
Pero si tu pareja es coqueta con tus amigos, tarde o temprano encontrará a
alguien que le cante una canción que a ella le guste y te será infiel. Y si
sabes que a tu novio le encanta andar de fiesta en fiesta y casi siempre se desaparece,
ten la seguridad que con el tiempo será peor.
Nadie
cambiará por ti y mucho menos en nombre de ese amor que te jura cuando lo
encuentras en falta. En ese momento recuerda lo importante que eres en su vida,
y si logra convencerte te volverás esclava de sus disculpas.
La
mala o buena suerte depende qué tanto idealizamos a nuestra pareja, y si sus defectos o conductas no chocan con
nuestras expectativas.
No
pretendamos ser ese ángel que cambiará su vida, y aunque te vuelvas
perseverante tratando de mejorar las cosas, lo único que lograrás es hacerte
daño y creer que no has nacido para el amor.
No
debemos buscar la perfección, pero sí a alguien que te respete y comparta tus
mismos valores. Toma las cosas con calma y no quemes etapas. Conoce a la
persona que te gusta y deja que el romance fluya de manera natural. No esperes
mucho y no entregues todo. Nadie rechaza un chocolate. Desde un primer momento
date tu lugar, hazte extrañar y si no estás convencido mejor gira en otra
dirección. No hay mala suerte en el amor, solo abre los ojos y analiza lo que
quieres. Si esa persona cumple tus expectativas entonces arriésgate a ser
feliz. Si alguien es para ti, ni aunque te quites del camino lo perderás.
Pilar Cueto